Por influencias hispanoamericanas, el antes llamado "Derbi" ha pasado a ser el "Clásico". Disfrutamos de un excelente espectáculo en el césped, de colores azul y grana, con un divino Barcelona y un magistral Ronaldinho, que dieron fin al ciclo galáctico en Madrid. No hubo rival, y destacar al deportivo público del Bernabéu, que como gran amante del buen fútbol reconoció el juego del rival, y despedió con palmas al contrario. Pero por favor, no politicemos el Deporte. Señor Laporta, que nos conocemos.
Mientras, Rajoy aprovechó el domingo post "Clásico" y post derbi hispalense para pasar por Sevilla. El líder del PP pronunció un contundente discurso en defensa de España y corrosivo contra Zapatero. Se pidió la dimisión de Montilla, quien sigue defendiendo como gato panza arriba lo indefendible, obcecado en sus ridículos y sectarios ataques a la Iglesia y la COPE. El día 3, concentración en apoyo de la Constitución. Esto va en serio.
Y todo, en un 20-N.