El fin de la separación de poderes

El regimen nazi-sociata del desGobierno de zETAp sigue avanzando pasos en su transición a la inversa hacia la dictadura global. Si primero fue el CAC y la restauración de la censura mediática en la región catalana, uno de los últimos episodios de la sinrazón que azota nuestro país es la politización descarada de la Justicia.

En los años de nuestra democracia hemos asistido impasibles a la irregular aplicación práctica de la separación de poderes de Montesquieu, que toda Constitución moderna plasma en su articulado, y que dificilmente se lleva a cabo a rajatabla.

En toda Sociedad, incluso en las más consolidadas democracias, la influencia política ejerce su interacción con el Poder Judicial. Pero ha sido precisamente bajo mandatos socialistas cuando más descaradas actuaciones en este sentido hemos sufrido.

Que el Ejecutivo se inmiscuya una vez más en asuntos judiciales, y que la cacareada autonomía e independencia de los jueces sea una utopía es algo asumido, puesto que los mismos partidos son los encargados de elegir a los representantes del Poder Judicial, reflejando indirectamente el reparto del poder político en la Justicia.

Pero esta vez vamos mas allá. El Ejecutivo dejó al fiscal jefe de la Audiencia Nacional en esta tesitura: "Firma este escrito de renuncia o en caso contrario estarás cesado fulminantemente".

Un escollo menos para zETAp, la desaparición del fiscal que acorraló a ETA. Para el desGobierno zETAp no cabía Fungairiño en sus planes "negociadores" con los asesinos terroristas, y que todos los Españoles renunciamos excepto los dictadores nazi-sociatas. Las alimañas etarras volvieron a replicar al inútil presidente con más bombas. Bonita forma de negociar.

Y sobre todo, se aleja de la escena a quien pretendía llevar la investigación de los atentados del 11-M hasta las últimas consecuencias, sin descartar ninguna vía. Quizas eso ponga demasiado nerviosos a algunos golpistas de Ferraz. Pronto se sabrá la verdad.



-.Roberto Cuper