El encuentro de ayer en la Casa Blanca no debería ser utilizado con fines partidistas a nivel nacional. Una visita a un aliado, un intercambio de opiniones, y diversos acuerdos es lo normal en relaciones internacionales entre potencias amigas.
Pero cuando se mete por el medio el incapaz de Moncloa todo se desvirtúa, y una cordial visita rutinaria es aprovechada para no se sabe bien que extrañas fobias y filias que el pucelano ZParo sufre en silencio para desconcierto de todos.
Lo que durante el mandato de Aznar era motivo de burla, de rechazo y de manifestaciones, visitar a un aliado y cerrar acuerdos, hoy día es un acontecimiento galáctico interplanetario, como esos eclipses que se dan cada cientos de lustros, pero como Georgie Dann, vuelven cada verano. O como el partido del siglo (Barsa-Madrid) que se repite 2 veces al año.
No entiendo a la izquierda. No entiendo a ZParo. De anti-imperialista yankee, de humillar a la bandera de las barras y las estrellas, a pro americano, vasallo del Tio Sam y vendido a la causa. Su apoyo en Afganistán tampoco. Del "No a la Guerra", a estamos en todas.
Ojalá se retomen las necesarias relaciones bilaterales con EE.UU. como deben ser: por encima de intereses partidistas y de gobernantes, por el bien de los 2 pueblos soberanos. Pese a ZParos, Aznares, Obamas y Bushes.
-.Roberto Cuper.